“Riñón terminal” en gatos

Identificar lesiones renales en un animal con insuficiencia renal crónica es uno de los diagnósticos más fáciles para un patólogo. Identificar clínicamente una insuficiencia renal crónica tampoco es un reto de diagnóstico clínico. Establecer el origen una nefropatía crónica es imposible. Lo que si podemos es conocer los mecanismos que conducen a un tejido renal  dañado de forma irreversible (“riñón terminal”)

Cuando examinamos muestras de tejido renal, bien sea de forma quirúrgica o postmortem, de un animal con insuficiencia renal crónica y encontramos un cuadro de fibrosis y esclerosis intersticial, atrofia tubular, etc…es difícil hacer un comentario del informe. Podemos decir que es una lesión crónica, que es irreversible, que el tejido glomerular, tubular e intersticial están dañados, pero no podemos relatar la historia.

Nefritis intersticial crónica

Nefritis intersticial crónica

En primer lugar por el mismo carácter crónico de la nefropatía y en segundo lugar porque son muchos y diversos los caminos que pueden acabar desenbocando en este cuadro. Aún así, que sea multifactorial no es escusa para conocer qué procesos potenciales dan lugar a una fibrosis intersticial del riñón. Entender estos mecanismos es el primer paso para desarrollar y valorar tratamientos racionales.

En este artículo, los autores revisan los mecanismos de fibrosis en casos de nefritis intersticial crónica en gatos. Describen como las células fibroblásticas del intersticio renal, encargadas de regular la homeostasis de la matriz extracelular en condiciones normales, se convierten en células miofibroblásticas responsables finales de la fibrosis irreversible. En este camino, uno o varios de los protagonistas que contribuyen a la transformación son los siguientes:

  1. TGF-β. Tiene un papel central en la fibrosis renal. Es el agente profibrótico más importante, activa los miofibroblastos, regula la trasncripción de genes implicados en la síntesis de matriz extracelular, a la vez que controla el daño tubular, la apoptosis y la inflamación.
  2. SRAA. El sistema renina-angiotensina-aldosterona, regulador en condiciones normales de la perfusión y presión, también juega un papel fibroproliferativo al favorecer la sobreexpresión de TGF-β y regular mediadores proinflamatorios y profibróticos.
  3. TG-2. La enzima transglutaminasa 2 también es un regulador de la matriz extracelular. En condiciones patológicas, favorece la síntesis y bloquea la degradación de matriz, a la vez que regula la actividad de TGF-β. Su sobreexpresión está correlacionada en gatos tanto a nivel histológico como bioquímico.
  4. ET-1. El vasoconstrictor endotelina 1 activado por la hipoxia y SRA en condiciones normales, cuando se sobreexpresa tiene un papel profibrótico.
  5. Proteinuria. Promueve la fibrosis al dañar directamente el tejido tubular. De forma indirecta, favorece la actividad proinflamatoria de los mismos túbulos y posteriormente fibrosis. A la vez, incrementa la expresión de ET-1, TGF-β y ACE.
  6. Inflamación. Independientemente de su origen, juega un papel fundamental en la inducción y perpetuación de la fibrosis. Favorece la secreción de factores de crecimiento profibróticos, a la vez que algunas células leucocitarias también pueden diferenciarse a miofibroblastos.
  7. Hipoxia. El daño hipóxico produce fibrosis vía inducción a la transformación del tejido tubular en miofibroblastos, apoptosis y reducción de la degradación de la matriz extracelular.
  8. Envejecimiento. El incremento de tejido conjuntivo en el intersticio renal (fibrosis) es intrínseco al envejecimiento. La persistencia de leves procesos inflamatorios crónicos, la progresiva activación miofibroblástica, cambios hemodinamicos, aumento de la sensibilidad a la apoptosis y la pérdida de la capacidad para regular la homeostasis de la matriz extracelular, todo ello contribuye indefectiblemente a la fibrosis con el paso del tiempo.
  9. Fosfato. Los niveles de fosfato estan directamente implicados en la progresión de la enfermedad renal. El mecanismo en gatos no se conoce pero en cualquier caso no está vinculado al metabolismo del calcio. Es probable que niveles altos de fosfato generen daño endotelial en la microvascularización, con los consiguientes cambios hemodinámicos, isquemia y fibrosis. Su efecto en la apoptosis, en el estrés oxidativo o en el incremento de ACE son otras vías alternativas.

 

Renal fibrosis in feline chronic kidney disease: Known mediators and mechanisms of injury

Lawson et al. The Veterinary Journal, 203, 1 2015:18-26

 

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