Sobre los carcinomas mamarios felinos y su capacidad de metástasis, publicamos anteriormente un artículo en el cual, a través del examen de moléculas de adhesión, pusimos de manifiesto el papel que juega el mecanismo de transición epitelial-mesenquimatosa (EMT) en la biología de este tipo de neoplasia (Mecanismos de metástasis en carcinomas mamarios felinos). La adquisición de un fenotipo maligno en carcinomas de la gata está relacionado con trastornos en la expresión de las proteínas de transmembrana que regulan las adhesiones celulares (cadherinas). Aquellos tumores que conservan un fenotipo epitelial (E-cadherina β-catenina) acaban mostrando una menor agresividad frente a los que lo pierden durante su desarrollo. En otras palabras, la malignidad de un carcinoma de mama en gatos depende, al menos en parte, de que las células del tumor dejen de ser epiteliales tal como las entendemos.
Pero como reza el dicho, a veces las cosas no sólo deben serlo sino también parecerlo. En nuestro caso lo parecía pero queríamos saber si lo era. Es por ello que en este nuevo trabajo hemos investigando si la malignidad de los carcinomas mamarios en la especie felina puede estar asociada a otros cambios en su fenotipo más allá de la pérdida de rasgos epiteliales por parte de las células neoplásicas. Es decir, si se cumple el mecanismo propuesto por la teoría EMT hasta el extremo de que el tumor maligno no sólo deje de ser epitelial y parezca mesenquimatoso, sino que adquiera realmente rasgos mesenquimatosos.
N-cadherina es una molécula de adhesión propia de células mesenquimatosas y que es expresada por las células neurales y los fibroblastos pero no por las células epiteliales. En medicina humana, se ha demostrado, sin embargo, su expresión en neoplasias carcinomatosas, poniendo de manifiesto su utilidad para reconocer la EMT. La N-cadherina favorece un estado de adhesión dinámica que permite que las células neoplásicas se adhieran o desprendan del tumor primario. Además, la combinación de N-cadherina con un factor de crecimiento (FGF) aumenta la expresión de metaloproteinasa 9 incrementando así la invasividad de las células neoplásicas.
En este estudio valoramos si existía expresión de N-cadherina en diferentes tipos de neoplasias mamarias felinas tanto benignas como malignas, y si ésta estaba correlacionada con dos factores de pronóstico (la presencia de metástasis regionales y el grado del tumor). El estudio reveló la correlación entre la expresión de N-cadherina, la presencia de metástasis y el grado histológico de la neoplasia. Es decir, la expresión de N-cadherina no sólo confirma la adquisición de este fenotipo mesenquimatoso por parte de los carcinomas más agresivos (corroborando la teoría EMT), sino que puede interpretarse como un signo de malignidad que en un futuro cercano podría emplearse como marcador pronóstico. Igual que Pompeya no sólo debía ser sino también parecer honesta, los carcinomas de mamas felinos más agresivos no sólo parecen sino que son también mesenquimatosos.
Buendia AJ, Peñafiel-Verdu C, , Navarro JA, Vilafranca M, Sánchez J