Latinismos que empleamos de forma incorrecta hay varios (sui géneris, versus, alma mater, etc). Uno de ellos es enunciar “la excepción que confirma la regla” para validar una tesis mediante algo que la contradice. Pero resulta absurdo pensar que una norma puede confirmarse mediante excepciones. Es como si dijéramos que los gatos con PIF siempre tienen linfadenitis piogranulomatosa y al encontrar una caso en el que no se detecta lesión ganglionar pretendiésemos con la frase decir que linfadentis piogranulomatosa equivale a FIP porque hay gatos que tienen FIP sin tener linfadenitis. Evidentemente habrá otros casos de FIP sin linfadenitis por lo que aquí no hay regla que valga. Pero no sólo empleamos mal la expresión, sino que además la traducimos mal. La frase correcta es “la excepción pone a prueba (o verifica) (pero no confirma) la regla para los casos no exceptuados” (exceptio probat regulam in casibus non exceptis) (Cicerón). Aún cuando puede haber algun caso de FIP sin linfadenitis, si existiese linfadenitis piogranulomatosa ésta sería altamente sugestiva de FIP.
Revisar casos de citología en los que no hemos apreciado malignidad es una petición que recibimos de forma relativamente frecuente. Tras emitir el informe citológico, el veterinario nos llama y nos solicita confirmar el diagnóstico porque él ha visto alguna célula con núcleos gigantes, mitosis, pleomorfismo o cualquier otro criterio de agresividad. Otras veces incluso, recibimos preparaciones en las que nos han marcado con rotulador alguna(s) células con estos signos. Revisamos la muestra y el resultado habitual es confirmar que se trata de un proceso benigno.
Todos conocemos los criterios de malignidad a nivel citológico (anisocitosis, anisocariosis, aglomeración de la cromatina, multinucleación, mitosis, etc…) pero tendemos a darles más relevancia de la que en realidad tienen, y no siempre son sinónimos de neoplasia. De hecho, la mayoría pueden ser también expresiones normales para un tejido reactivo o hiperplásico.
Estos son algunos ejemplos de situaciones benignas que pueden exhibir criterios citológicos de malignidad.
1. Es habitual que las lesiones hiperplásicas muestren hipercelularidad, agregación de cromatina, nucleolos evidentes y basofilia (hipercromasia). Son cambios normales en células jóvenes algunos de los cuales sólo indican un aumento de RNA.
2. Siempre que exista una intensa inflamación hay que interpretar con cautela los criterios de malignidad que presenten las células epiteliales. Los epitelios sometidos a inflamación crónica pueden mostrar atípia que únicamente refleja displasia.
3. El tejido de granulación puede mostrar una imagen semejante a un tumor menquimatoso maligno. Las células fibroblásticas y angioblásticas activas son indistinguibles y tan pleomórficas como pueden serlo los elementos que conforman un sarcoma.
4. Algunas neoplasias epiteliales benignas pueden contener poblaciones celulares con criterios de malignidad. Los carcinomas de células basales son tumores benignos pero pueden llegar a mostrar marcado pleomorfimo. Las células reserva de una adenoma de hepatoides tienen una alto radio núcleo:citoplasma (N:C) que contrasta con el resto del tumor.
5. Los plasmocitomas exhiben marcada anisocariosis, anisocitosis, multinucleación, cromatina agregada y núcleos aberrantes.
6. Las células mesoteliales reactivas son el paradigma de la benignidad con aspecto de malignidad. En casos de pleuritis y peritonitis pueden llegar a mostrar todo el espectro de criterios citológicos de malignidad.
7. Los macrófagos epitelioides de una reacción granulomatosa comparten una imagen semejante a las células de algunos trastronos proliferativos histiocíticos.
8. Incremento de mitosis no equivale a neoplasia. Trastornos no neoplásicos hematopoyéticos y linfoides y algunos tumores (histiocitomas) pueden mostrar numerosas mitosis.
9. Los procesos de metaplasia muestran habitualmente anisocitosis, macrocitosis, mitosis, pleomorfismo, macrocariosis e irregularidades del radio N:C
Es importante tener presente que los criterios citológicos de malignidad tienen significado cuando se convierten en la generalidad. Aislados deben interpretarse con cautela. No es que no sean válidos, pero su presencia en lesiones benignas y aún considerando a éstas como excepciones, hace que se ponga a prueba constantemente su utilidad para diagnosticar tumores malignos. (Exceptio probat regulam…)