Linfoma Alimentario Felino
Uno de las situaciones más habituales en las que se plantea el problema de la distinción entre un proceso linfoide reactivo o uno neoplásico es la diferenciación entre una enteritis linfoplasmacítica (ELP) intensa y un linfoma intestinal, especialmente en gatos, puesto que en sus fases iniciales los dos procesos comparten los mismos rasgos histopatológicos. Incluso antes de la valoración por parte del patólogo, el linfoma alimentario es un reto de diagnóstico ya para el propio clínico:
(i) el linfoma intestinal no suele presentar un cuadro clínico específico
(ii) son tumores difíciles de detectar ecográficamente cuando son neoplasias difusas
(iii) muchos se desarrollan a nivel de la unión ileocecocólica donde difícilmente se accede mediante endoscopio
(iv) las mismas biopsias endoscópicas no facilitan habitualmente su diagnóstico ya que no profundizan hasta la submucosa para poder valorar el carácter infiltrativo del tumor, y hacen necesaria la realización de biopsias quirúrgicas que ponen en peligro la vida de un paciente ya de por si debilitado.
La mayoría de linfomas alimentarios evolucionan a partir de una ELP crónica persistente, por lo que es prácticamente imposible desde un punto de vista histológico diagnosticar aquellos casos que se encuentran en una fase de transición entre el proceso reactivo y el neoplásico. En estas situaciones, la aplicación de técnicas inmunocitoquímicas y moleculares permite detectar estadios prelinfomatosos (“estado malignos de transición”) y linfomas latentes, que serán los correspondientes a aquellos animales que responderán mal a un tratamiento para ELP y mostrarán una Tasa de Supervivencia Global reducida.
Las pruebas inmunocitoquímicas valoran el fenotipo de la población linfoide (T o B) mientras que las pruebas moleculares valoran la clonalidad del receptor de los linfocitos T (TCR) y B (BCR).
Protocolo de diagnóstico para linfomas alimentarios felinos
El protocolo de diagnóstico para ELP/Linfoma alimentarios que aplicamos en HISTOVET se basa en un algoritmo recientemente propuesto para diagnosticar ambos procesos (Kiupel 2011). Es un diagnóstico individualizado, dividido en diferentes fases, cuya valoración no implica la realización completa de todo el panel de pruebas.
1. Valoración histopatológica
La biopsia intestinal (endoscópica o quirúrgica) se valora a nivel morfológico.
1.1 Si el diagnóstico es de ELP se sugiere tratar el caso como tal. Sino responde al tratamiento, se sugiere realizar inmunocitoquímica para valorar el fenotipo.
1.2 Si se observan lesiones compatibles con linfoma intestinal se sugiere realizar inmunocitoquímica para establecer si la población linfoide es homogénea o heterogénea para linfocitos T o B.
2. Valoración inmunocitoquímica del inmunofenotipo
Se aplica inmunocitoquímica para determinar la proporción de linfocitos T y B.
OBJETIVO: Una población homogénea equivale a linfoma y una heterogénea a ELP
2.1 Si la inmunocitoquímica revela una población homogénea de linfocitos T o B se diagnostica linfoma y se sugiere tratar el caso como tal.
2.2 Si la inmunocitoquímica no es concluyente (población heterogénea de linfocitos T y B) se sugiere valorar la clonalidad.
3. Valoración de la clonalidad
Se aplica un prueba molecular para determinar la clonalidad de la lesión.
OBJETIVO: Monoclonalidad equivale a linfoma, policlonalidad equivale a ELP, oligoclonalidad equivale a una probable ELP.
3.1 Si se demuestra monoclonalidad para TCR o BCR se diagnostica linfoma.
3.2 Si se demuestra oligoclonalidad (probable ELP) o policlonalidad se reevalúan los resultados de la histopatología e inmunocitoquímica para discriminar si se trata de una ELP o de un linfoma alimentario de células B o T .
– Kiupel M, Smedley RC, Pfent C, Xie Y, Xue Y, Wise AG, DeVaul JM, Maes RK: Diagnostic algorithm to differentiate lymphoma from inflammation in feline small intestinal biopsy samples. Vet Pathol 48:212-222, 2011