Virchow también perdió el cliente

Rudolf Virchow (1821 Schivelbein-1902 Berlin) es considerado el “padre” de la patología moderna. Fué pionero en el desarrollo del concepto actual del proceso patológico. A través de su “Teoría celular”, explicó los efectos de las enfermedades en los tejidos del cuerpo, demostrando que éstas no surgen de los órganos sino de forma primaria de las células individuales. No sólo fué el fundador de la patología celular, sino que también investigó la trombosis, las neoplasias, aspectos de neuropatología e instauró la técnica estandarizada de autopsia. A mediados del siglo XIX, Virchow venía a ser el Leo Messi de la Anatomía Patológica.

Rudolph Virchow

Mientras Virchow desarrollaba su carrera como patólogo, en la corte alemana el príncipe Federico III (1831-1888) se preparaba para suceder a su padre, el kaiser Guillermo I (1797-1888).

Guillermo I

Pero Federico sufría desde hacía tiempo fuertes dolores de garganta, a cerca de los cuales los médicos de la corte prusiana habían mostrado ya su opinión que podían tratarse de un tumor maligno.

Federico III

Por aquel entonces, la esposa de Federico era la hija de la reina Victoria de Inglaterra, de manera que la corte prusiana prefirió solicitar una segunda opinión a Morell MacKenzie, el laringólogo que atendía a la corte inglesa, antes de tomar una decisión. Cuando MacKenzie examinó a Federico supeditó cualquier protocolo a una demostración fehaciente de criterios de malignidad en la lesión, para lo cual llegó a practicar sucesivamente hasta tres biopsias que, como no podía ser de otra forma, remitió para que las valorase Virchow. Virchow no detectó ningún indicio de malignidad en ninguna de las tres muestras, y el diagnóstico presuntivo de cáncer emitido por los médicos alemanes de la corte fue desestimado por MacKenzie. Con ello, MacKenzie descartaba también cualquier tratamiento quirúrgico. Cuando Guillermo murió, el príncipe llegó a gobernar como kaiser, pero sólo 99 días. Tras ese período, Federico falleció a consecuencia de un carcinoma de células escamosas laríngeo, y la corte prusiana y sus médicos dejaron evidentemente de ser clientes de los servicios de Rudolph Virchow como histopatológo.

Hace pocos días, nosotros también perdimos probablemente un cliente. Recibimos dos muestras en Histovet que un veterinario nos remitió de dos animales distintos. En el primer caso, existía la sospecha por la imagen radiológica de un osteosarcoma. En el segundo caso que nos remitió era acerca de un perro con intensa anemia en la que nos pedía valorar la médula ósea a través de una biopsia.

La biopsia que correspondía al animal con sospecha de osteosarcoma presentaba múltiples focos de osteolisis y osteosíntesis, pero no observamos ningun foco de proliferación neoplásica condroblástica ni osteoblástica, por lo que únicamente pudimos emitir un diagnóstico de remodelación del tejido óseo (Fig 1). En el segundo estudio, tras decalcificar la biopsia ósea para poder realizar los cortes histológicos, la muestra perdió prácticamente la totalidad del escaso tejido medular que contenía, por lo que no pudimos ofrecerle ningún diagnóstico (Fig 2).

Fig 1. Areas de osteosíntesis no neoplásica

Fig 2. Hueso decalcificado sin médula ósea

Al cabo de pocos días recibimos la llamada del veterinario perplejo por la inconsistencia de los resultados que le dimos en los dos estudios. No encontraba explicación a cómo un osteosarcoma que era evidente en la radiografía no se podía confirmar en la biopsia, ni tampoco porqué no pudimos darle ninguna información el estado del tejido medular en el segundo animal. Las razones del “fracaso” de los dos estudios histopatológicos son las mismas que provocaron el “error” de Virchow: las muestras no eran representativas. Los osteosarcomas son tumores marmóreos, que en un espacio muy limitado generan tejido óseo neoformado (osteosíntesis), producen oseteolisis e inducen crecimiento neoplásico, de manera que si la biopsia no representa exhaustivamente la zona afectada puede suceder que no contenga en absoluto tejido neoplásico. En el segundo caso, la imposibilidad de valorar la médula ósea fué producto de la necesidad de decalcificar previamente la biopsia en ácido con lo que se produce la pérdida de tejido hematopoyético. Este es el motivo por el cual siempre es mejor realizar un aspirado de médula que una biopsia para examinar el tejido medular.

Con el veterinario al teléfono recordé  el desafortunado episodio que impidió a Virchow diagnosticar correctamente las biopsias de un príncipe porque éstas no eran representativas. Pero no me atreví a comentárselo. Aunque los perros no tengan la categoría de un príncipe, la exigencia con la calidad de nuestro trabajo puede ser exactamente la misma, y este comentario podría haber sugerido todo lo contrario. Hay que asumir que se pierda un cliente en estas situaciones puesto que es comprensible que el veterinario no encontrará en nuestras explicaciones no sólo la solución al diagnóstico de sus dos casos sino tampoco, sino tampoco y especialmente, la forma de transmitirlo a ambos propietarios tras haber sometido a los animales a una biopsia ósea.


  1. #1 por Frederic Varela Balcells el julio 21, 2011 - 8:49 am

    A menudo los veterinarios clínicos esperamos demasiado de los análisis y biopsias y en muchos casos contagiamos esta falsa certeza a los clientes. Estas pruebas complementan un diagnóstico clínico, muy pocas veces (por no decir nunca) lo sustituyen. Igualmente es deber del veterinario saber como obtener muestras representativas y conocer las limitaciones de las pruebas.

    • #2 por Histovet el julio 21, 2011 - 9:21 am

      Hola Frederic
      Acabas de resumir en cuatro líneas lo que venimos tiempo explicando a base de rollos. Si valoramos la patología como un complemento y no como un substituto a la labor principal del veterinario que es el diagnóstico clínico no sólo obtendremos más partido de la colaboración clínico-patólogo, sino que también podréis transmitir mejor la información a los propietarios. Es una cuestión de formación que entre todos tenemos que ir adquiriendo, de la misma forma que lo han hecho médicos y patólogos de humana tras mucho tiempo.

  2. #3 por belen el julio 21, 2011 - 3:51 pm

    Una historia muy interesnte la de Virchow y que siemrpe deberiamos tener presente. Podriamos decir que en general las pruebas laboratoriales, diagnosticos por imágen…… apoyan o confirman un diagnostico pero no lo descartan.

    • #4 por Histovet el julio 21, 2011 - 4:47 pm

      Hola Belen
      Realmente es así. Incluso en los casos que veo una imagen de libro, si me preguntan que seguridad tengo en el diagnostico digo que del 99%, porque los casos que acabas viendo a lo largo de mucho tiempo te enseñan que es mejor dejar siempre, por pequeño que sea, un margen de duda. El 1% restante lo pondrá el clínico con su experiencia y la visión más real que tenga del caso, aun a sabiendas de que nos sigan preguntando a los patólogos porque siempre redactamos los diagnósticos con el “compatible con…”
      Miquel

  3. #5 por Juan Manuel Lajara el mayo 7, 2016 - 8:46 pm

    Existe la Percepción de algunos clínicos que los Patólogos somos semidioses de la medicina diagnóstica y que nacimos sin error ni pecado original. Pero cuando no emitimos diagnósticos convincentes caemos del Olimpo directamente de cara al charco de la ineptitud. Saludos..!

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