Los cuadros de rinitis crónica se manifiestan clínicamente de forma similar, independientemente de la causa inicial del proceso. Cuadros de estornudos y secreción nasal que no responden definitivamente al tratamiento pueden ser consecuencia de rinitis alérgicas o irritaciones crónicas de la mucosa nasal, a las cuales en ocasiones puede añadirse una infección bacteriana. En otros casos, son consecuencia de diferentes formas de infección fúngica, o bien el resultado de la implantación de varios tipos de material extraño. Frecuentemente, en todos estos procesos, la afectación de la mucosa nasal puede limitarse a una zona concreta del tejido por lo que es fundamental obtener muestras de biopsia de aquellas zonas que en el examen rinoscópico muestren una mayor alteración. Y en el caso de lesiones exudativas, en las que se mezcla secreción nasal con exudado serohemorrágico e incluso detritus y tejido necrótico, debe cuidarse que la muestra remitida no se restrinja a este material superficial, sino que incluya también mucosa nasal donde se localizará la lesión responsable de esta exudación.
Aunque lo habitual es que el diagnóstico se establezca a partir de las alteraciones que presente la misma mucosa nasal, es muy importante no descartar en estos casos cualquier material necrótico, coágulos, o exudado que se encuentre e la superficie de la mucosa dañada. La presencia de hongos, material extraño, e incluso células neoplásicas se limita en ocasiones a este tejido necrótico que se acumula en la superficie de la mucosa nasal, pudiendo encontrarse también en el mismo material expulsado durante los estornudos. Es aconsejable remitirlo por tanto también, en el formol, junto con las biopsias que se obtengan de la mucosa.
Cabe finalmente tener en cuenta también que la toma de biopsias de procesos neoplásicos en la cavidad nasal, sobretodo en casos de condrosarcomas y en menor medida en adenocarcinomas, pueden resultar difícil en ocasiones al tratarse de lesiones muy delimitadas. Son lesiones habitualmente situadas en la zona más profunda de la cavidad, y que en muchas ocasiones se comportan de forma infiltrativa, extendiéndose al tejido óseo y a los senos adyacentes en lugar de hacer relieve en sobre la superfície de la mucosa.